Crisis energética favorece y afecta a diferentes sectores.
- Bryan Estrada
- 14 sept 2022
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Se puede definir en pocas palabras en aumentos de precios para la población, como un desajuste temporal entre la oferta y la demanda energética que se salda, de forma habitual, con fuertes incrementos de los precios de las distintas energías.
Un país exportador, caso de los países de la OPEP, la crisis surgiría cuando hubiera un exceso de oferta que ocasionara una caída de los precios energéticos o aparecieran señales económicas en el mercado en forma de elevación de precios anticipatorias de un próximo agotamiento de los recursos energéticos.
El magnate indio del carbón, Gautam Adani, se ha convertido en el hombre más rico de Asia y ha destronado a Bernard Arnault como el tercer hombre más rico del mundo según el índice de multimillonarios de Bloomberg, tan solo detrás de Jeff Bezos, dueño de Amazon y Elon Musk, dueño de Tesla. Por cierto que Amancio Ortega ostenta el puesto 24 de esta lista.
Adani se ha beneficiado del aumento de los precios de la energía y al empujón de las acciones de sus empresas que cotizan en bolsa. El indio tiene un conglomerado relacionado con el transporte y la energía y ha puesto sus miras en las renovables, invirtiendo 70.000 millones en proyectos relacionados con ellos.
Si se acepta este doble enfoque de crisis, es preciso reconocer que estas son bastante habituales en la historia económica contemporánea. No obstante, y por las razones apuntadas, la idea de crisis más generalizada es la primera.
El desencadenamiento de las crisis energéticas suele ocurrir cuando los tirones alcistas de la demanda no van acompañados de incrementos paralelos de la producción, pues hay un gran retraso entre la explotación comercial de un nuevo yacimiento y la finalización de la construcción de una central eléctrica. El ajuste, vía precios, entre una demanda desbordante y una oferta incapaz de satisfacerla en cantidad y calidad constituye un mecanismo de reequilibrio, pues los altos precios precipitan una nueva oleada de inversiones en busca de nuevos yacimientos, nuevas fuentes de energía o nuevas técnicas de uso que, finalmente, restablecerán el equilibrio entre la oferta y la demanda.

Imagen, El confidencial
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